Es importante ducharse antes de entrar en la piscina pues se trata de una práctica responsable que promueve la salud y el bienestar.
La ducha previa al baño ayuda a eliminar cualquier residuo de productos químicos como lociones bronceadoras, aceites corporales, productos para el cuidado del cabello, y cualquier crema que puedas tener en tu piel. Estos productos pueden mezclarse con el agua de la piscina y afectar a su calidad, pueden reaccionar con los desinfectantes utilizados en la piscina, alterando su eficacia y creando subproductos no deseados. Por lo tanto, ducharse antes de entrar en la piscina ayuda a mantener el agua más limpia y reduce la carga de contaminantes.
Al ducharte también eliminas partículas de piel muerta, sudor y otras sustancias que podrían contribuir al desarrollo de microorganismos en el agua.
Ducharse contribuye a crear un entorno limpio y saludable.
Las cloraminas son compuestos químicos que se generan cuando el cloro utilizado para desinfectar el agua de la piscina reacciona con los compuestos nitrogenados presentes en el sudor, la piel y otros contaminantes orgánicos que los usuarios de la piscina llevan consigo.
La presencia de cloraminas en el agua de la piscina es un indicador de que hay una reacción química en curso entre el cloro y los compuestos nitrogenados.
Las cloraminas pueden irritar las mucosas, lo que puede afectar a los ojos, la nariz, la faringe y las vías respiratorias. Son las responsables del picor en la piel y los ojos que a menudo se asocian erróneamente con el nivel de cloro en las piscinas.
Para minimizar la formación de cloraminas y reducir los efectos negativos asociados, es importante mantener un adecuado equilibrio de cloro libre y pH en el agua de la piscina, según las recomendaciones de los especialistas en tratamiento de agua. Para conseguirlo es determinante seguir buenas prácticas de higiene personal y comportamiento en la piscina, como ducharse antes de introducirse en la piscina.
